domingo, 12 de julio de 2009

Sorda se hace la mente
a su propio consejo,
su bien desoye
de sí misma, si es presente
lo que tiene en entrecejo
nada más oye,
aún sabiéndo qué le daña
continúa masoquista
dándose entrada,
aunque a veces se regaña
oída su mala vista
equivocada;
en sus trece se atrinchera,
por ella misma decide
y bien comprende
que ha de oir a su vera
aquello que amor no olvida
y en ella pende,
en sus trece y con su baba
la mia en tu aroma sigue
¡ oye a tu pelo !,
cuando tu cuello rozaba
lo grabó y oirlo consigue
¡ le supo a cielo !.

No hay comentarios: