domingo, 10 de mayo de 2009

¡
Junto a ti me asaltó el peligro,
olvide ponerme a salvo entre la gente
a tus brazos me eché incautamente
quería ver el por qué de mi suspiro,
un día, un ¡ay! viendote, ya miro
íntegro un amor que ciegamente
no halla luz del respiro, solamente
va cegándome en el ¡ay! que expiro,
incautamente creí que no caería
de amor ciega, no creí que más te amaría,
al dejar tus brazos abrí mis ojos,
menosprecié lo que el ¡ay! decía,
ingenuo amor, no vió el hito que habia
al darse de bruces a sus antojos.
!

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