jueves, 15 de enero de 2009

Cerros diminutos que cobrais vida
si vuestro silencio lo allana
el sonido del placer que alzais,
nata belleza que reclama
lo que dá, vida, tersura,
blancura pura,tan humana,
¡tan de piedra solitaria!,
dónde el eco, imperioso niega
su paso a toda caricia
que no sea la deseada.

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